¿Qué pasa con los tramos de renta más elevados? Te contamos cómo funcionan los tramos del IRPF y cómo reaccionan las rentas altas.
Simplificando, la progresividad significa que quienes más renta tienen más impuestos paguen. Es una exigencia constitucional. El artículo 31 dice que “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.
Para intentar lograr la progresividad del sistema tributario, los tramos del IRPF son una de las herramientas que se ponen en marcha. La realidad, sin embargo, suele ser un poco más compleja de lo que parece desprenderse de las normas.
El IRPF establece un tratamiento diferenciado para dos tipos de renta: la del ahorro y el resto (la llamada renta general). Para los cálculos del impuesto, a las bases liquidables (la parte de la renta por la que tributamos) se les aplican dos escalas: una estatal y otra autonómica.
En cada una de esas escalas se van marcando tramos, para cada uno de los cuales se señala:
Imaginemos que nuestra base liquidable general es, por ejemplo, de 20.000 euros. Entonces, por la parte estatal (a ello hay que añadir lo que corresponda según nuestra comunidad) procederemos así:
En general, en los primeros tramos de la escala, el resultado es reducido. Incluso, una vez desgravamos el mínimo personal y familiar, puede ser que no paguemos nada. A medida que vamos a tramos más altos, va subiendo el tipo marginal, que es aquel que se aplica por cada euro adicional de renta que pasa por la escala.
Tengamos, además, en cuenta que no toda la renta tributa. Por ejemplo:
A los tramos del IRPF, los acompañan otras medidas que pretenden dar progresividad al impuesto.
La cuestión varía bastante cuando hablamos de rentas más elevadas. Todos estos conceptos siguen siendo desgravables, pero ya no pesan tanto. No es lo mismo desgravar 1.000 euros cuando se tiene una renta de 5.000 que cuando se tiene una renta de 50.000. En el primer caso, es un ahorro del 20%; en el segundo, solo del 2%.
La movilidad internacional influye en la tributación de las rentas más elevadas.
La proporción de impuestos que han de pagar depende de la comunidad y de las desgravaciones que les correspondan. Sin embargo, en rentas superiores a los 60.000 euros, no es difícil que ronde el 40%. Incluso, es probable que lo supere claramente en rentas por encima de 300.000 euros. Además, hay que considerar lo que paguen por las rentas del ahorro.
Ante ello, las respuestas son variadas. Algunas personas pagan gustosa o resignadamente un IRPF elevado. Suele ser el caso cuando cobran de una nómina y no tienen opciones seductoras para moverse a otro país.
En ese sentido, la movilidad internacional es importante. Si nos vamos a vivir a otro país y allí generamos la renta, ya no tributaremos en España. No obstante, hay una excepción, que es el traslado a paraísos fiscales, que supone tener que seguir tributando en España por cinco años.
Ahora bien, si, aun viviendo en otro país, siguen generando rentas en España, pueden tener que tributar en el impuesto sobre la renta de los no residentes. En todo caso, habrá que estar a lo que diga el convenio para evitar la doble imposición, si es que España lo tiene firmado con el otro país.
Sin embargo, no debemos perder de vista que no todo son consideraciones fiscales. Además, puede que en otros países se paguen menos impuestos, pero que el pagador de la renta pueda aprovecharlo para pagar menos. Eso depende de las condiciones del mercado. Si en bruto se gana menos, el efecto final puede ser reducido.
Es evidente que las rentas más elevadas tienen más medios a su alcance para aprovechar todos los resquicios que deje la ley para pagar menos. De hecho, muchas personas lo hacen, pero hay tres situaciones que conviene no confundir:
El resultado suele ser que el peso de la progresividad del impuesto suele recaer en contribuyentes con pocas opciones. Por ejemplo, un directivo de un nivel intermedio-alto o un alto funcionario suelen recibir la mayoría de su renta de una nómina a la que es muy difícil darle vueltas. Por el tramo del IRPF en el que caen, acabarán pagando una elevada proporción de sus ingresos en impuestos.
(Fuente: SAGE Advice)
@2023 Via Consultores | Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies
Diseñado y desarrollado por Marketing Medianet Advertising