Según una información aparecida esta semana en el diario Cinco Días, Asociaciones como UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) confirman que es prácticamente inaplicable que un autónomo pueda deducirse dietas.
Los autónomos pueden descontar de su factura fiscal en el IRPF hasta un máximo de 26,67 euros de dietas. Y para que eso sea posible, tiene que acreditar la existencia de una reunión de trabajo en una hora próxima a la comida, que el restaurante esté en los alrededores y que el pago se realice a través de algún sistema electrónico. Una serie de cuestiones que no siempre se dan en el día a día del autónomo, aunque el gasto en cuestión sí esté relacionado con la actividad del profesional. Ante tal nivel de exigencia, Ciudadanos y diversas asociaciones de autónomos sospechan que los autónomos prefieren no proceder a la desgravación, al entender que puede suponer un problema, en lugar de generar un beneficio.
El diputado de Ciudadanos, Sergio del Campo, ha recordado que la Ley buscaba que el máximo número de trabajadores pudiese beneficiarse de las desgravaciones. Ante el temor de que el objetivo primigenio no se esté cumpliendo, ha solicitado información concreta sobre cuál ha sido ese número de autónomos que han accedido a las deducciones, de cuánto ha sido el importe y qué porcentaje suponen respecto a todos los que lo han solicitado.